Abro este espacio con el deseo de poder jugar, jugar con las palabras, con los pensamientos, con los sentimientos, con las ideas... sí, jugar, así como cuando éramos niños, libres, descalzos, entre formas de nubes y ramas de árboles; moviéndonos libremente en ese espacio interior con infinidad de posibilidades y pocas reglas.

 Acompáñame a descubrir el potencial que descansa en este canvas en blanco, en mí y en ti, en ese entre que se crea a partir de dos subjetividades intimando. En ese entre que se construyó y se sigue construyendo en cada adulto que alguna vez fue niño y en cada niño que se convertirá en adulto. En ese espacio entre una madre y un hijo, entre un padre y una madre, entre nuestro pasado y nuestro presente, entre lo que somos, hemos dejado de ser, pero inevitablemente seguimos siendo.

Acompáñame a descubrir el potencial de las preguntas bien hechas, el cuestionamiento constante, la escucha activa, la conexión verdadera y el valor de hacerle frente a nuestra historia, ahí donde descansan los entres que establecen e impulsan nuestra existencia y la de futura generaciones.